VEGUELLINA

UN POCO DE HISTORIA

Las primeras referencias a Veguellina, emplazada dentro del municipio de Villarejo de Órbigo, se hallan en documentos que proceden del siglo XIII, concretamente del año 1260. Ese es un momento histórico en el que está desarrollándose la repoblación de las tierras del Órbigo llevada a cabo por los reyes de León. Con todo, hay que indicar que han aparecido vestigios que indican que su poblamiento fue mucho más antiguo, previa a la romanización de la zona: la espada de bronce mellada encontrada en Veguellina que hoy se encuentra en el Museo Diocesano de León y los restos arqueológicos recientemente aparecidos en la cercana Villoria, son procedentes de la época romana.

A partir del siglo XV se integra en la Jurisdicción de Benavides, al pasar al dominio de los condes de Luna, hecho que sucede con Diego Fernández de Quiñones, primer conde de Luna. La historia de Veguellina y todo el municipio va a transcurrir apaciblemente, ligada a la agricultura y la ganadería, en muy poco diferenciada de la vida de las comunidades de los pueblos cercanos y limítrofes. Así, cuando Madoz elabora su famosa encuesta desamortizadora, la única producción económica estaba relacionada con la agricultura, la ganadería y los productos fluviales.

Sin embargo, a finales del siglo XIX se va a producir un hecho de especial trascendencia, que va a cambiar la fisonomía del pueblo: la entrada en funcionamiento del ferrocarril entre León y Astorga, con el emplazamiento de un apeadero en Veguellina de Órbigo. El 31 de diciembre de 1870 para el primer tren en esta estación. Este hecho va a transformar no sólo la vida económica de la comarca, sino también la fisonomía urbana del municipio. En 1890, el entonces alcalde D. Mariano Fernández Balbuena Gironda crea en Veguellina un mercado semanal de ganado, que se celebrará los viernes, iniciando así un acontecimiento económico que se prolongará hasta bien entrados los años sesenta. En 1898 comienzan los trabajos de la que será fábrica azucarera. La Sociedad Azucarera Leonesa comenzará las campañas de recogida de remolacha y fabricación de azúcar en 1900. Cien años más tarde, en 1998, se producirá el cierre de esta factoría. La Azucarera ha marcado la economía del municipio y de la provincia, a la vez que impulsó el desarrrollo urbano de Veguellina, que se transformó en el núcleo de población más importante de todo el municipio. En los años veinte Veguellina conoce una serie de mejoras importantes, entre ellas la llegada del Telégrafo, del Teléfono y la construcción del cuartel de la Guardia Civil. Hacia 1930 iniciaba su actividad la fábrica de transformación del lino, la «Linera». Su objetivo era el aprovechamiento del lino, cultivo tradicional de toda la ribera del Órbigo. La Linera cerró sus puertas en los años sesenta. También por aquellas fechas se construía el puente sobre el río Órbigo para unir las comarcas del Páramo y de la Ribera.

La actividad agraria conocerá una profunda transformación con la entrada en funcionamiento del sistema de riegos del Órbigo. Favoreció el cultivo de la remolacha y de otros productos agrarios, a la vez que impulsó la producción agraria en el Páramo. En 1952 se firmó en Veguellina el acta fundacional del Sindicato de Riegos del Órbigo y un año más tarde, el Ayuntamiento decidía oficializar una incipiente feria agrícola y ganadera: nacía así la Feria del Carmen, que desde entonces se celebra todos los 16 de julio. Los años setenta conocen el definitivo asentamiento de Veguellina como núcleo de servicios comarcal. Se crea el Instituto Nacional de Enseñanza Media, se construye el Polideportivo Municipal y Las Escuelas Comarcales. Son los años de mayor población y de la creación de una infraestructura comercial y de servicios que le da la personalidad que hoy tiene. Finalmente, los años ochenta verán la consolidación de la infraestructura turística y de ocio: la entrada en funcionamiento de las Piscinas y del Cámping municipales significan un impulso importante para este sector en el municipio. En la actualidad, tras el cierre de la Azucarera de Veguellina, Veguellina y todo el municipio de Villarejo de Órbigo están consolidando una estructura industrial, con el desarrollo del Polígono Agroindustrial del Órbigo. Su proximidad a la Autopista León-Astorga y a los núcleos de población importantes de la provincia (León, Astorga, La Bañeza) ofrecen importantes alternativas económicas.

Historia de todo el Ayuntamiento y la Ribera del Órbigo

Los restos humanos más antiguos de León se remontan a las últimas etapas de la Prehistoria. Aunque esta época está aún muy poco estudiada en la provincia, sabemos que nuestros antepasados realizaron pinturas rupestres en las montañas del Norte, tallaron petroglifos en los valles de Maragatería y desarrollaron una cultura neolítica tardía a lo largo de los valles principales.

Es en este contexto en el que podemos situar a la Ribera del Órbigo. Varios yacimientos ubicados en las colinas de la orilla derecha del río presentan instrumentos de piedra pulimentada para la transformación de los cereales, el trabajo de la cerámica y los primeros objetos de bronce. De esta manera, podemos considerar que la explotación agrícola y ganadera del Órbigo es ancestral.

Con el tiempo, el pueblo prerromano que controló completamente la zona fueron los Astures. Sabemos que su nombre procedía del gran río, el Esla (Ástura), y que se distribuían por el territorio formando distintas tribus. Las tribus conocidas más cercanas a nuestro ayuntamiento eran los Amacos, que se situaban en el territorio próximo a Astorga, los Urniacos, en torno al río Duerna, y los Bedunienses, alrededor de la actual La Bañeza. Estos hombres fueron los que dieron nombre al Órbigo; si su etimología se compara con algunos vocablos prerromanos, que  parece significar “dos ríos”, haciendo referencia a la unión del Omaña con el Luna.

De los Astures conservamos una espada de bronce que fue hallada cerca del río, entre Hospital y Veguellina de Órbigo, y que se conserva actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. Pero ellos también nos legaron cosas aún más importantes, como los aperos de labranza ancestrales, y el sistema comunal de posesión de la tierra: las municipalidades, los concejos, proceden de aquella época tan lejana.

Octavio Augusto dispuso el control y explotación de la población local y su territorio, dirigido desde la cercana Asturica Augusta, capital del Conventus Asturum. En el Omaña y la Maragatería crearon numerosas minas de hierro y oro; en las riberas más ricas se dispusieron numerosas villas, que aprovecharon al máximo los recursos agrícolas y ganaderos. Por esta razón, la amplia y rica ribera del Órbigo conserva muchísimos restos romanos, casi a cada kilómetro; un ejemplo de ello son los restos bajoimperiales de Villoria de Órbigo. La importancia de la zona también está determinada por ser la confluencia de la Vía de la Plata, camino de comercio y trashumantes, y la importante ruta que cruzaba todo el noroeste de la Península, que con el tiempo sería conocida como Camino de Santiago.

La Romanización supuso que toda la Península formara parte del Imperio Romano. Con el tiempo, Roma fue perdiendo poder, y los pueblos que vivían al norte del Rhin pronto se adueñaron de los territorios. Aunque los datos son todavía escasos, sabemos que el reino suevo de la Gallaecia ocupó la zona de la ribera del Órbigo durante el siglo V y gran parte del VI, ya que existen monedas suevas acuñadas en Astorga o incluso en León. Se alude a una gran batalla en las cercanías de Hospital de Órbigo contra los visigodos que fijó la frontera entre ambos reinos en este río, y una derrota final a finales del siglo VI, que significó la desaparición del reino suevo.

La situación durante los primeros siglos de la Edad Media debió ser muy dura. Suele decirse que la población no era completamente sedentaria, o que incluso los territorios quedaron despoblados, debido a la inestabilidad de los años finales del reino visigodo y la posterior invasión musulmana. Pero lo más posible es que la ribera permaneciera poblada, en mayor o menor magnitud, debido a su condición de zona estratégica, de paso, y a la fertilidad de sus tierras, siempre atractivas. La vida estaba marcada por el ciclo estacional del deshielo y el desbordamiento del río, con la ayuda de otros cauces artificiales que constituían un amplio sistema de riegos, articulados por medio de las presas. Estos “cauces históricos”, que para algunos especialistas se remontan al período romano, continúan hoy en uso: la antigua presa de la Tierra, en Villarejo, es una de ellas. La presa del Moro, que cruza Veguellina y llega a Villoria, conserva en sus cercanías un puente, la “Ponteja de cal y canto”, cuya antigüedad se remonta a algún momento de la Edad Media.

El reino asturleonés consiguió estabilizar su territorio durante el reinado de Alfonso III, el último rey asturiano, que llevó la frontera de la Reconquista hasta el Duero. Con los primeros años del reino de León llegaba la recuperación, al ir alejándose poco a poco los días de la guerra y las razias musulmanas. Las ciudades como Astorga y León comienzan a crecer en población, y tenemos las primeras noticias de los pueblos de nuestro ayuntamiento en la documentación medieval: Calzada, ya citada en el 915, probablemente por su presencia en el Camino de Santiago como hospital de peregrinos;  Villarejo (“Villarelio”) en el 1079; Villoria, en el 1100, y Veguellina, en 1260. Estébanez, que acabó absorbiendo a la desaparecida Calzada, es mucho más tardío, y los primeros datos son de 1575.

El monumento más importante del ayuntamiento es el Convento Premostratense de Santa María, en Villoria de Órbigo. Sabemos que su fundación es medieval, en torno al año 1243, y que fue refundado en el 1570, cuando pasó a formar parte de la orden de las Madres Norbertinas, que sólo tienen otra sede en Toro. Fue reconstruido varias veces, y la fábrica actual pertenece a los siglos XVIII y XIX, aunque un lamentable incendio destruyó la hospedería y el museo a finales del siglo XX. Actualmente es un convento de clausura, pero la iglesia se abre al público todos los años el día de San Tirso (28 de enero).

Los pueblos que conforman el municipio formaron parte desde el siglo XV del dominio del conde de Luna, y dependían del obispado de Astorga y la jurisdicción de Benavides. Durante la edad Moderna, el Órbigo tuvo el transcurrir sosegado de las poblaciones agrícolas: las cosechas, los tributos al rey, los diezmos, los pleitos por el riego… siempre con el gobierno del concejo como vertebrador de todo el sistema. Todas las iglesias que actualmente conserva el municipio fueron construidas a finales del siglo XVIII, sobre edificios anteriores que fueron reedificados. Pertenecen a un Barroco tardío que entra ya en el estilo Neoclásico, y se encuentran en un excelente estado de conservación. Las torres de Villarejo y Veguellina son especialmente llamativas, marcando con claridad el perfil del pueblo en la distancia.

Un momento clave que marcó la transición a la edad Contemporánea fue la invasión de los ejércitos de Napoleón, conocida como “la Francesada”. Sabemos que Villoria y Veguellina fueron asaltadas por la guarnición que estaba acuartelada en Hospital de Órbigo, en busca de dinero. Sin embargo, estos asaltos no tuvieron en ningún momento la gravedad de los sucesos de la vecina Astorga.

A lo largo del siglo XIX la ribera del Órbigo tarda en recibir las innovaciones de la revolución industrial. Los molinos siguen siendo la única industria, y los modos de vida son los tradicionales: la agricultura, la ganadería y sus derivados. Sin embargo, la llegada del ferrocarril León – Astorga, el último día de 1870, marca el comienzo del despegue. La vida del municipio se transforma completamente y en Veguellina nacerá el próspero barrio de la Estación. Atraídas por el ferrocarril, se establecen la fábrica azucarera (que estaría comenzaría sus obras en 1898, y entraría en funcionamiento desde 1900 hasta su cierre en 1998) y la “Linera” (desde 1930 hasta los años 60).

Estas dos fábricas tendrían una enorme influencia en los cultivos: el lino, que era un cultivo tradicional de toda la Ribera, y la remolacha, que acabó imponiéndose y marcando el ritmo de vida de los pueblos durante la época de campaña de recogida y tratamiento en la fábrica de Veguellina. Otro cultivo principal, y prácticamente único en toda España, es el lúpulo, uno de los componentes básicos de la cerveza. La modernización del sistema de riego llegó con la construcción del pantano de Barrios de Luna y la creación del Sindicato de Riegos del Órbigo, en 1952.

Desde los años setenta del siglo XX, el ayuntamiento pudo contar con un Instituto Nacional de Enseñanza Media, en Veguellina. Poco a poco se desarrolló la zona de recreo junto al río, con un Polideportivo, las Piscinas y del Cámping municipales, completados ahora con la nueva playa fluvial de Villoria. El municipio se ha convertido en un centro turístico destacado de la provincia, debido a la calidad de vida, la abundancia de agua y el agradable verano del que disfrutamos.

En 1998, con casi 100 años de funcionamiento, cerró sus puertas la fábrica azucarera de Veguellina. Este hecho produjo un duro golpe en la zona, que ha ido desarrollando nuevas iniciativas gracias a la iniciativa industrial de pequeñas empresas, el Polígono Agroindustrial del Órbigo, en Villarejo, y la mejora de las comunicaciones por carretera, con la Autopista León-Astorga.

2 pensamientos en “UN POCO DE HISTORIA

  1. SANTIAGO en dijo:

    VEGUELLINA DE ORBIGO, POSIBLEMENTE LA CAPITAL DE LA RIBERA DEL ORBIGO.

  2. graciela adriana vega en dijo:

    Mi abuelo Daniel García Cuervo nació en Veguellina de Órbigo en el año 1885 y emigro a Argentina en el año 1908. Me emociona mucho buscar datos de su lugar de nacimiento, no se si quedaran familiares en el pueblo. Me gustaría saberlo. Se que tenia sobrinas en Madrid. Me gustaría saber más del lugar. Gracias.

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